lunes, 25 de noviembre de 2013

Olfato










Un hecho importante de recalcar es que la vía olfatoria aferente, a diferencia de otras vías sensitivas, sólo consta de dos neuronas y no hace sinapsis en el tálamo.

El sistema olfatorio no es sólo un perceptor de olores, sino que también activa y sensibiliza otros sistemas neurales que son el sustrato de respuestas emocionales y patrones conductuales. Así, los olores pueden evocar reflejos autonómicos como la salivación y la secreción de jugos gastrointestinales. Los olores pueden describirse sólo en términos subjetivos, ya que no hay olores básicos comparables con olores primarios.

Resumen Vía:
Receptor:

Cilios olfatorios de Vesículas Olfatorias
1 Neurona

Células Olfatorias (Mucosa, pituitaria amarilla)
2 Neurona

Bulbo Olfatorio: Células mitrales
Vía

Tracto olfatorio: Estrías olfatorias ( Laterales y mediales)
Vía de proyección cortical

Área olfatoria primaria


Lesiones Vía:
-          La causa más frecuente de alteración del olfato es el traumatismo cráneo-encefálico, debido a impacto del nervio olfatorio contra el hueso etmoides. El traumatismo craneal que afecte a los lóbulos orbitofrontal o temporal también puede alterar el reconocimiento de olores, pues esas estructuras, sobre todo la del córtex orbitofrontal, son fundamentales para el reconocimiento de los olores, con dominancia derecha.
-          La disminución de la capacidad de olfacción es frecuente en algunos procesos degenerativos, especialmente en las enfermedades de Parkinson y de Alzheimer.
-          La anosmia ipsilateral forma parte del síndrome de Foster-Kennedy, junto con una atrofia óptica ipsilateral y papiledema contralateral, y se debe a masas ocupantes de espacio en el lóbulo frontal, o del bulbo olfatorio o del esfenoides.

-          Parosmia y cacosmia hacen mención a la percepción de olores distorsionados o desagradables, y suelen verse o en enfermedades psiquiátricas o como forma de expresión de una epilepsia, aunque también se han descrito casos con origen en el propio nervio. Las áuras epilépticas no tienen por qué ser desagradables. Cuando tienen un origen comicial, la causa más frecuente es la neoplásica, con tumores amigdalinos como primera opción. También puede deberse a déficit nutricionales, de vitamina A o zinc.




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